venerdì 28 febbraio 2014

LETANIAS E CONSAGRACION

Letanías al Inmaculado Corazón de María

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial. Ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo. Ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo. Ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios. Ten misericordia de nosotros.
Santa María, Corazón Inmaculado de María. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lleno de gracia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vaso del amor más puro. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consagrado íntegro a Dios. Ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado de todo pecado.  Ruega por nosotros.
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación. Ruega por nosotros.
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención. Ruega por nosotros.
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, medianero de todas las gracias.Ruega por nosotros.
Corazón de María, latiendo al unísono con el Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatífica. Ruega por nosotros.
Corazón de María, holocausto del amor divino. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abogado ante la justicia divina. Ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado de una espada. Ruega por nosotros.
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados.Ruega por nosotros.
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo.Ruega por nosotros.
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús.Ruega por nosotros.
Corazón de María, fortaleza de los cristianos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, refugio de los perseguidos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza de los pecadores.Ruega por nosotros.
Corazón de María, consuelo de los moribundos.Ruega por nosotros.
Corazón de María, alivio de los que sufren. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lazo de unión con Cristo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, camino seguro al Cielo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, prenda de paz y santidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vencedora de las herejías. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Reina de Cielos y Tierra.Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, que por fin triunfarás. Ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.  Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Escúchanos Señor. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Ten misericordia de nosotros.
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
 
Oremos:
Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una  digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conformes a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.
Consagración al Inmaculado Corazón de María
Inmaculado Corazón de María os consagro mis pensamientos para que por medio de ellos os honre por ser Corredentora y Madre del Redentor. Inmaculado Corazón de María os consagro mis ojos, Ojos que han de extasiarse ante vuestra singular belleza porque sois modelo de toda virtud. Inmaculado Corazón de María os consagro mis oídos, oídos que han de abrirse a vuestra dulce voz, voz que ha de sosegar mi espíritu y aquietar mi alma.Inmaculado Corazón de María os consagro mi boca, boca que han de pronunciar susurros de amor porque sois intercesora perenne ante vuestro amadísimo Hijo Jesús. Inmaculado Corazón de María os consagro mi corazón, corazón que ha de encenderse en la llama de vuestro
Amor Santo, llama que quemará toda imperfección y todo pecado. Inmaculado Corazón de María os consagro mis manos,
manos que han de levantarse al cielo porque sois mi Madre, Madre que ha de presentarme ante su Hijo Jesús el día que exhale mi último suspiro. Inmaculado Corazón de María os consagro mis pies, pies que ha de seguiros porque sois puerta del cielo. Inmaculado Corazón de María os consagro mi ser, ser que ha de refugiarse en Vos porque sois Arca de Salvación.

Amén.

ORACIONES DIARIAS

Oración de protección (Para todos los días antes de empezar las oraciones) Hacer la señal de la  con aceite bendito, en cada una de las partes señaladas.

Jesús, Maestro de los apóstoles de los últimos tiempos, por los méritos infinitos de Vuestra Preciosísima Sangre e intercesión del Corazón Inmaculado de María, me presento ante Vuestro Trono Celestial seguro de ser recibido en Vuestro Sacratísimo Corazón, fuente de Vida y de Santidad, para que selléis mis oídos (), contra toda palabra, contra todo insulto, insultos y palabras que no harán mella dentro de mí. Sellad mi corazón (), para que hagáis de él un corazón impregnado de Vuestra mansedumbre, de Vuestra pureza, de Vuestra extrema bondad por el que sufre, corazón nuevo en el amor, corazón nuevo para perdonar, corazón nuevo para excusar, corazón nuevo para sentir mi corazón en Vuestro Corazón. Sellad mis ojos (), para ver Vuestra presencia en cada hermano. Sellad mi olfato (), para que camine en pos de vuestra fragancia celestial y deis a mi alma olor de santidad. Sellad mis manos (), para que a través de ellas, hagáis las mismas obras que hicisteis y aún mayores. Sellad mis pies (), para no cansarme en seguir Vuestras huellas. Sellad mis palabras y mis labios (), para que de mí siempre salgan palabras edificantes, palabras que sean: flechas de amor, flechas que ardan en los corazones, corazones que serán purificados en el amor, en la esperanza, en la unidad y en la fraternidad. Sellad todo mi ser (): espíritu, alma, cuerpo, marcando cada parte de mi piel con Vuestra Cruz: signo de Victoria, signo de Vida y signo de repudio para satanás. Haced que Vuestra Santísima Madre me proteja, me guíe y me tome de sus manos para que permanezca fiel en su camino. Amén.



ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO


Espíritu Santo fuente de toda sabiduría, iluminad mi entendimiento, iluminad mis potencias y mis sentidos, para no ceder ante las falacias del espíritu del mal. Arropadme con vuestra Luz, para que revestido de vuestro resplandor, sea antorcha de luz en medio de las densas tinieblas que cubren la tierra. Derramaos sobre mí, bañándome con vuestros carismas y singulares gracias, para contribuir, como apóstol de los últimos tiempos, en la reconstrucción de mi Iglesia. Enardeced mi corazón con vuestras ráfagas de fuego e inflamadlo con vuestro Amor y henchidlo con vuestra presencia para que a imitación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, adore y alabe vuestra grandeza como tercera Persona de la Santísima Trinidad. Amén.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD Santísima trinidad, misterio insondable de Divinidad. Santísima Trinidad, misterio insondable de grandeza.

Santísima Trinidad, misterio insondable de tres Personas en Una Sola.

Santísima Trinidad, entrad en mi corazón y cohabitadme, uniendo mi naturaleza humana con vuestra naturaleza Divina, uniendo mi naturaleza finita con vuestra naturaleza infinita. Santísima Trinidad, potestad infinita de amor, os adoro profundamente y os entrego mis tres potencias: cuerpo, alma y espíritu, a imitación de las tres Divinas Personas que cohabitan en Una Sola, para que camine por las sendas de la Segunda Persona de vuestro impenetrable misterio y me conduzcáis a las fuentes de la santidad y reciba dones y

carismas de la Tercera Persona de vuestro insondable misterio. Unido espiritualmente al Hijo y al Espíritu Santo me uno directamente a Vos, Padre Celestial, creador del cielo y de la tierra.

Santísima Trinidad, cubridme con vuestro resplandor.

Santísima Trinidad, unid mis tres potencias a las Vuestras.

Santísima Trinidad, haced que os adore profundamente.

Santísima Trinidad, conducidme a beber de Vuestras

Sagradas fuentes.

Santísima Trinidad, plenificad mi ser con Vuestro Ser.

Santísima Trinidad, inundad mi corazón con Vuestra Magnificencia.

Santísima Trinidad, trituradme con vuestro amor.

Santísima Trinidad, henchid mi corazón con Vuestro amor.

Santísima Trinidad, salvadme por Vuestro Gran Misterio.

Santísima Trinidad, conducidme por caminos estrechos que me lleven al cielo. Amén.


ORACIÓN AL ÁNGEL DE LA GUARDA
Santo Ángel de mi Guarda, compañero inseparable en mi peregrinar hacia el cielo, despierta en mí, ferviente deseo de santidad, ferviente deseo de amar el Sacratísimo Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María, con el mismo amor con que tú los amas; ferviente deseo de obediencia a la Iglesia y a su Magisterio.

Santo Ángel de mi Guarda, enséñame las sendas que me conducen hacia el cielo y haz que luche incesantemente por alcanzarlo. Enséñame a descubrir las más leves imperfecciones de mi alma y a buscar el estado de perfección al que Dios me llama.

Entra en mi corazón y enséñame la manera de sentir tu presencia, presencia que da desahogo a mi alma y descanso a mi espíritu. Enséñame la forma de escuchar tu voz, voz que siempre me acompañará hasta el día en que me presentes a la casa de mi Padre. Amén.

ORACIÓN A MARÍA, MAESTRA DE LOS APÓSTOLES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
Santísima Virgen María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preparadme con vuestras lecciones de amor al segundo advenimiento de vuestro Hijo Jesús. Avivad mis sentidos para que guarde en mi corazón vuestras enseñanzas, enseñanzas que son doctrina segura que me adentran al cielo. Despertad en mí: celo insaciable por la salvación de mi alma, desapego al mundo y anhelos de santidad. Instruidme en la ciencia de la cruz para que acepte con beneplácito el sufrimiento y me haga heredero de uno de los aposentos de vuestro Inmaculado Corazón. Arropad todo mi ser con vuestros rayos de luz para que seáis mi Maestra y yo vuestro discípulo, discípulo que imitará vuestras adorables virtudes para ser bien visto ante los ojos de vuestro Hijo. Fortalecedme en este tiempo de la tribulación, cercenad mi corazón con vuestra espada de doble filo y heridlo de amor, para que vuestra presencia siempre me acompañe hasta el día del retorno de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

ORACIÓN POR LA IGLESIA REMANENTE
Madre Celestial, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preserva a nuestra Iglesia frente a toda apostasía, herejía y cisma. Consérvanos fieles a la Tradición de la Iglesia e instrúyenos con tu Sabiduría Divina para que la luz de tu Espíritu acreciente nuestra fe, nos muestre el camino de salvación y lleve nuestro corazón a la santidad.

Madre Celestial, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, guarda al resto santo en tu Inmaculado Corazón hasta el día de la segunda llegada de tu Amadísimo Hijo. Amén.


ENTREGA A JESÚS VÍCTIMA DIVINA
Corazón de Jesús, haz de mí tu víctima y zarza ardiente de amor por Ti, haz que nadie pueda acercarse a mí sin ser quemado.

Corazón de Jesús, víctima pura y santa, haz de mí una vela encendida que arda y se consuma en silencio, para sostener el sacerdocio, a cada uno de los sacerdotes en su lucha.

Corazón de Jesús, haz de mí holocausto para la redención sacerdotal y universal, sobre el altar del sacrificio con la Víctima Divina y semejante al grano de incienso que el fuego consume para que suba al cielo, para convertirse en gracias de salvación que recaen sobre la tierra y el sacerdocio.

Corazón de Jesús, haz de mí lo que quieras, soy tu víctima; no puedo ya objetar, soy tuyo, ya no me pertenezco.

Corazón de Jesús, vacíame de mí mismo, lléname de Ti, sólo por Ti, yo vivo.
Corazón de Jesús, Tú eres el único a quien considero, Tú eres el único de quien me preocupo de contentar, soy tuyo, tienes por lo tanto derecho sobre mí, todo derecho de usarme y gastarme como quieras, cualquier cosa que Tú hagas conmigo para mí esta bien, sólo dame la fuerza del , la perseverancia en el , en tu amor.


 Corazón de Jesús, te agradezco por las desilusiones, por las humillaciones, las necesitaba para desprenderme de los bienes del corazón y de la tierra.

Corazón de Jesús, seas bendito cuando me pruebas, me despedazas, me anulas, me consumes, me destruyes, cuanto Tú haces es justo, es bueno y yo te bendigo por mi indigencia, sólo añoro amarte bastante.

Corazón de Jesús, hágase tu Voluntad, lo deseo porque Tú eres mi Buen Señor y yo soy tu propiedad. Vuélveme y revuélveme, trabájame y destrúyeme, quisiera de verdad ser reducido a la nada por amor Tuyo.

Corazón de Jesús, cuán suave es tu mano, también cuando me hieres y me crucificas. Amén.


 LLAVES DE VUESTRO SAGRADO CORAZÓN
Divino Corazón de Jesús que me habéis dado las llaves de Vuestro Sagrado Corazón, llaves de oro para abrir las Puertas de Vuestra Mansión de amor.  Dadme la Sabiduría para hacer buen uso de ella.  Con las llaves de oro de Vuestro Sacratísimo Corazón me dais en posesión uno de vuestros aposentos, para llegar allí cuando el cansancio haya agotado mis fuerzas, cuando la melancolía sature mi corazón, cuando mi corazón sea herido por el desprecio. Sé que estando dentro de Vuestro Tabernáculo, la tristeza se tornará en alegría, el desánimo se convertirá en vigor y el dolor se cambiará en dulce paz. Con Vuestras llaves abriré Vuestras compuertas para atraeros a los ciegos, a los sordos, a los cojos y a los lisiados espirituales para que beban de Vuestra Medicina y sean sanados, para que beban de Vuestra Agua Viva y sean saciados.  Divino Corazón de Jesús, fuente de todas las  Gracias, con Vuestras llaves de oro me habéis dado una de las mayores Gracias que sois Vos. Amén.

LLAVES DEL INMACULADO CORAZÓN I
nmaculado Corazón de María, depositad en mis manos las llaves de oro de vuestro Vaso Purísimo y adentradme en uno de vuestros aposentos para ser abrasado por las llamas de Amor de vuestro Maternal Corazón.  Prended fuego dentro de mí para consumirme en holocausto perenne de amor. Tenedme como a uno de vuestros elegidos de la Ciudad Mística de Dios.  Haced que espere con avidez el triunfo de vuestro Inmaculado Corazón y el Reinado del Sagrado Corazón. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL (Para el final de los tiempos) San Miguel Arcángel me abandono por completo a Vuestra protección. Revestidme de Vuestra armadura celestial, para que el imperio de satanás no tenga dominio sobre mí, sobre mi familia y sobre todos los que amo. Iluminadme con la luz de Jesucristo para que el error y las falsas seducciones del demonio no entren en mi corazón.

Sed mi guardián y protector, en este final de los

tiempos, llevándome de vuestra mano al verdadero reinado de Jesucristo. Haced que, vehementemente, adore el Sagrado Corazón de Jesús y venere el Inmaculado Corazón de María, resguardándome dentro de ellos, considerándolos como habitáculos de la Divinidad.

Protegedme, poderosísimo defensor, contra las huestes del mal y unidme al triunfo de los Divinos Corazones, haciéndome partícipe de la Nueva Jerusalén. Amén.


ORACIÓN AL ARCÁNGEL SAN GABRIEL Arcángel San Gabriel, mensajero de Dios, concédeme la gracia de vivir en la plenitud el Mensaje Salvífico de la Palabra de Dios, concédeme el don de ser Evangelio vivo, Palabra encarnada, otórgame el favor del cielo de ser dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo, de repetir con sinceridad de corazón las mismas palabras de Nuestra Señora: he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra.

Arcángel San Gabriel, mensajero de Dios, concédeme la gracia de hacer vida, en mi vida, la Palabra de Dios, de no desechar las manifestaciones de amor en este final de los tiempos, de vivir los mensajes de los Sagrados Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María; de guardarlos en mi corazón como perlas finas que dan a mi alma riqueza espiritual y santidad. Amén.


ORACIÓN AL ARCÁNGEL SAN RAFAEL (De sanación)Peregrino Arcángel San Rafael, así como habéis curado a Tobías, tocándole los ojos con vuestras manos, para librarlo de las tinieblas de la ceguera, os invoco dulcemente para que seáis consuelo en mi desolación, amparo en mi sufrimiento y medicina de Dios para mi enfermedad.

No os apartéis de mi lado, sed mi guía y custodio en mi peregrinar en la tierra, asistidme en mis necesidades especialmente la que os manifiesta mi corazón y dignaos interceder por mí delante de Dios a fin de que me concedáis la gracia que os pido, si ha de ser para Gloria de su Santo Nombre y bien de mi alma. Amén.


LAS TRES AVES MARÍAS 1. María Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal, por el poder que te concedió el Padre Eterno. Dios te salve María, llena …. 2. María Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal, por la sabiduría que te concedió el Hijo. Dios te salve María, llena…3. María Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal, por el amor que te concedió el Espíritu Santo. Dios te salve María, llena… Amén.

CONSAGRACIÓN A MARÍA INMACULADA (Modelo sublime de todas las almas hostias) Virgen Inmaculada, modelo sublime de todas las almas hostias, a Ti me consagro, a imitación de la Hostia Perfecta, para ofrendarme en sacrificio holocausto, por amor a Dios y a todos mis hermanos hasta los confines del mundo.

Así como Cristo Jesús ha sustituido a la humanidad pecadora, tomando sus pecados sobre sí, acepta mi pobre ofrenda de sustituir a los pecadores para expiar y reparar sus pecados, pecados de las almas infieles a la Gracia del Bautismo, a la Gracia de la vocación Sacerdotal o Religiosa, para responder al grito angustiado del salmista:

"El insulto me ha roto el corazón, mi vergüenza y mi afrenta no tienen remedio; yo esperaba la compasión pero en vano no encontré consoladores" (salmo 68). Me ofrezco para sufrir en lugar de una Santa Hostia en peligro de profanación, tomando para mí las injurias que ciertas almas causan a Jesús

Hostia, "pues el celo de tu casa me devora, el insulto

que te insulta, caiga sobre mí" (salmo 68).

Me ofrezco como hostia de luz para iluminar las tinieblas, hostia de humildad para expiar el orgullo, hostia de obediencia para compensar la rebelión, hostia de castidad para reparar la impureza, hostia de compasión por esas almas, guardándolas en mi corazón, pensando en Ti María cómo al pie de la cruz se te confía el Sacerdocio santo y pecador.

Recibo de tu Hijo Jesús los intensos sufrimientos de su Corazón de Sacerdote Eterno, ofrecidos el primer Jueves Santo hasta el fin de los tiempos, cediendo todo sitio en mi alma a Jesús Sacerdote y Víctima hasta la consumación de los siglos.

Virgen Inmaculada haz que, con mi inmolación amorosa y voluntaria, haga contrapeso a todas las iniquidades de nuestro tiempo y sea fuente de consuelo al Corazón Eucarístico y Sacerdotal de Jesús e imprimas con letras de oro en mi aposento interior: UN SOLO CORAZÓN, UN SOLO AMOR, UN SOLO DIOS. Amén.


CONSAGRACIÓN AL SAGRADO  CORAZÓN DE JESÚS
Sagrado Corazón de Jesús os consagro mi cuerpo, alma y espíritu para que purifiquéis mis tres potencias con vuestras adorables virtudes.

Sagrado Corazón de Jesús os consagro mi vida para

morar en los aposentos de vuestro Divino Corazón porque ellos son el camino de: salvación, santidad, perfección, conformidad y unidad con vuestra Divina Voluntad.

Sagrado Corazón de Jesús os consagro todo mi ser porque en vuestro Divino Corazón quiero amar, respirar y vivir.

Sagrado Corazón de Jesús os consagro mi corazón sumergidlo en el vuestro, porque en Él encontraré la luz, la fuerza, el verdadero consuelo.

Sagrado Corazón de Jesús os consagro mi espíritu para que no cese nunca de pensar en Vos.

Sagrado Corazón de Jesús os consagro mi alma para que sea toda vuestra.

Inmaculado Corazón de María, sois vos la que habéis unido mi corazón al Corazón de Jesús. Asistidme siempre a fin de que le sea fiel en la vida y en la hora de la muerte. Amén.


CONSAGRACIÓN A LOS CORAZONES UNIDOSY TRASPASADOS  DE JESÚS Y DE MARÍA
 Divinos Corazones de Jesús y de María, me adentro en el espesor de Vuestros Aposentos para consagraros mi cuerpo como templo de pureza en el que Vosotros habitáis, mi alma como jardín en que Vosotros os recreáis, mis sentidos que guardaré contra todo espíritu de tentación, mis potencias que abriré a las inspiraciones de Vuestra Gracia, mis pensamientos que apartaré de las ilusiones del mundo, mis deseos que pondré en la felicidad del Paraíso, mis virtudes que florecerán a la sombra de Vuestra protección.

Divinos Corazones de Jesús y de María, encended mi corazón con las llamas de vuestro amor para amaros y serviros con toda mi alma, con todas mis fuerzas y hacer que todas las criaturas os honren, os amen y os den gloria.

Divinos Corazones de Jesús y de María, derramad Vuestras Gracias sobre todos vuestros devotos y extended por toda la tierra esta santa devoción a fin de que seáis conocidos, amados y glorificados.

Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor.

Dulce Corazón de María, sed mi salvación.

Sagrados Corazones de Jesús y de María haced que os ame cada vez más. Amén.


CONSAGRACIÓN A LA DIVINA VOLUNTAD
Adorable Jesús mío, imprimid en mi corazón el sello de la Divina Voluntad e inscribid mi nombre con tinta indeleble en vuestro adorable Corazón como alma ardiente y celosa de vuestro divino querer.

Os consagro mi mente para que vuestra Divina Voluntad actúe en mis pensamientos.

Os consagro mis ojos para que vuestra Divina Voluntad purifique mis miradas y os adore eternamente.

Os consagro mis oídos para que vuestra Divina Voluntad me someta por completo a vuestro eterno querer.

Os consagro mis labios para que vuestra Divina Voluntad opere en mis palabras.

Os consagro mi respiro para que vuestra Divina Voluntad sea un continuo suspiro de amor a vuestro divino querer.

Os consagro mi corazón para que vuestra Divina Voluntad tome mis latidos como himnos de alabanza a vuestro Fiat Supremo.

Os consagro mis movimientos para que vuestra Divina Voluntad reine en todo mi ser. Amén.


 CONSAGRACIÓN A LA SANTA CRUZ
Jesús Mártir del Gólgota, me consagro en este día a vuestra Santa Cruz, cruz que laceró vuestros delicados hombros porque la tomasteis sobre sí mismo por toda la humanidad. Os prometo abrazar las cruces que os dignéis enviarme en vida, cruces que cargaré con amor y sin reproches en expiación de mis pecados y los del mundo entero.  Jesús Mártir del Gólgota, me consagro en este día a  vuestra Santa Cruz, para permanecer desde los primeros rayos del día hasta el ocaso de la tarde a vuestros Divinos pies en compañía de Nuestra Santísima Madre y de mi hermano San Juan para consolar vuestro agonizante Corazón. Amén.

CONSAGRACIÓN DE LAS FAMILIAS  A LOS SAGRADOS CORAZONES UNIDOS  Y TRASPASADOS DE JESÚS Y DE MARÍA
Sagrados Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María fuentes de toda santidad y de toda virtud, os consagro mi familia a vuestra poderosa protección, para que hagáis de ella un refugio de vuestro amor Santo y Divino.  Derramad en ella vuestras innumerables gracias, encended en nuestros corazones la llama ardiente de vuestro amor, para que hagáis de nuestras vidas un himno continuo de alabanza a vuestros Sacratísimos Corazones. Amén.

CONSAGRACIÓN DE LOS HOGARES A  MARÍA, MAESTRA DE LOS APÓSTOLES  DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os consagro mi hogar para que hagáis de él  templo del saber y escuela del conocimiento. Venid a él a instruirnos con vuestras lecciones divinas, lecciones que son cátedra de santidad, lecciones que nos avivan en la virtud, en el amor y en la caridad.  María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preservadnos de caer en sectarismos, mantenednos firmes en nuestra Iglesia, Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica.  María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, haced de nuestras familias hogares de Nazaret, hogares en los que se viva la fraternidad, la oración compartida, hogares en los que la Reina y Señora seáis vos. Amén.

CONSAGRACIÓN AL AMOR  SANTO Y DIVINO Sacratísimos Corazones de Jesús y de María os consagro todo mi ser a vuestro Amor Santo y Divino. Haced que viva a plenitud los dos grandes mandamientos: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo.  Sacratísimos Corazones de Jesús y de María, haced de mi vida una ofrenda que se entrega por completo al Amor Santo para ser perfeccionado en el amor y fusionado con la Divina Voluntad.
Sacratísimos Corazones de Jesús y de María, haced de mi corazón un sagrario del Amor Divino, corazón que viva en comunión con vuestro amor, corazón que comprenda que cada cruz es una victoria, corazón que sepa que nada tiene valor, excepto la santidad y la salvación.  Sacratísimos Corazones de Jesús y de María, dejadme entrar en el refugio, para los tiempos difíciles, refugio del Inmaculado Corazón o del Amor Santo, Amor que me da perfecto cumplimiento con el Amor Divino. Amén.


CONSAGRACIÓN A LA LLAMA  DEL AMOR SANTO Y DIVINO Ardentísimos Corazones de Jesús y de María llevad mi corazón a la llama de vuestro Amor Santo y Divino, abrasadlo con vuestro fuego purificador y quemad en él mi pecado, mis maldades e iniquidades.  Ardentísimos Corazones de Jesús y de María tomad mi cuerpo, alma y espíritu y encended en mí ávidos deseos de santidad, santidad que me conlleve a habitar en uno de los aposentos de vuestros Sacratísimos Corazones, Corazones que habrán de reinar en todo el empíreo de la tierra.  Ardentísimos Corazones de Jesús y de María acercad todo mi ser a la llama de vuestro Amor Santo y Divino y consumid en él todo lo que no sea de vuestro agrado, de tal modo que con mis pensamientos, palabras y obras os alabe y os glorifique en el tiempo y en la eternidad. Amén.

DERRAMAMIENTOS DE LOS SAGRADOS  CORAZONES UNIDOS Y TRASPASADOS
Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María, adoro la Preciosa Sangre derramada en la circuncisión del Niño Jesús y os la ofrezco al Padre Eterno para que me conceda crecimiento en mi infancia espiritual y un corazón puro como el de los niños. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María, adoro la Preciosa Sangre derramada en el Huerto de los Olivos y os la ofrezco al Padre Eterno para que me conceda la gracia de evitar el mal y de no caer en la tentación. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María, adoro la Preciosa Sangre derramada en la flagelación y os la ofrezco al Padre Eterno para que me conceda la gracia de una conversión perfecta y la remisión de mis pecados. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María, adoro la Preciosa Sangre derramada en la coronación de espinas y os la ofrezco al Padre Eterno para que me conceda la gracia de la pureza en mis pensamientos y rectitud en mis obras. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María, adoro la Preciosa Sangre derramada con la cruz acuestas y os la ofrezco al Padre Eterno para que me conceda la gracia de abrazar la cruz y ofrecer los sufrimientos de cada día. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María, adoro la Preciosa Sangre derramada en la crucifixión y os la ofrezco al Padre Eterno para que me conceda la gracia de controlar mis sentidos y dominar mis pasiones. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María, adoro la Preciosa Sangre derramada en el costado traspasado por la lanza y os la ofrezco al Padre Eterno para que me conceda la gracia de permanecer oculto al mundo, pero descubierto a vuestros ojos. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María, adoro la Preciosa Sangre derramada en cada Misa y os la ofrezco al Padre Eterno para que me conceda la gracia de la perseverancia en la fe y en la caridad. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

CORONILLA AL SAGRADO CORAZÓN
En las cuentas del Rosario:
En las cuentas grandes:
Oh Sacratísimo, Divino y Adorado Corazón de Jesús, a vos me doy y consagro todo y sin reserva. En las cuentas pequeñas:V/ Divino Corazón de Jesús fuente Inagotable  de Amor y de bondad.

R/ Sed nuestro refugio y nuestro amparo,  ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Al final de la coronilla, repetir 3 veces: Divino Corazón de Jesús, tened piedad  de nosotros. Amén.

CORONILLA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA Modelo sublime de todas las almas hostias En las cuentas del Rosario: En las cuentas grandes: Corazón ardiente, Corazón herido en la cruz, Corazón que sangra en la Hostia. Me ofrezco voluntariamente para sufrir y para consolar al Corazón de Jesús en el sufrimiento de mis hermanos En las cuentas pequeñas: V/ Corazón Inmaculado de María, holocausto perfecto del Divino Amor.

R/ Haz que me hieran las heridas de tu Hijo, que me embriague de su Cruz y de su Sangre.
Al final de la coronilla, repetir 3 veces: Madre del Corazón doloroso, termina en mi cuerpo lo que falta a la pasión de tu Hijo. Amén.

CORONILLA POR LAS ALMAS  SACERDOTALES Y RELIGIOSAS La Coronilla se compone de doce cuentas. Cada cuenta tiene cinco jaculatorias y un gloria, para simbolizar los doce pilares de la Iglesia: las doce tribus de Israel y los doce apóstoles, y las cinco llagas de Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote.

 En las cuentas del Padre Nuestro se dice: Padre Eterno os ofrezco la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, por la conversión y salvación de todos los sacerdotes y religiosos del mundo entero.

En las cuentas del Ave María se dice 5 veces: V/ Divino Corazón de Jesús, viviente en el Corazón  de María.

R/ Vivid y Reinad en todos los corazones de los sacerdotes y religiosos y consumidlos en vuestro puro amor.
En cuentas de gloria se dice: V/ Corazones unidos de Jesús y de María.

R/ Haced que vuestros sacerdotes y religiosos tengan fecundidad en su ministerio y la victoria contra el maligno.
Al final de la coronilla, repetir 3 veces:V/ Nuestra Señora del Sagrado Corazón.

R/ Rogad por todas las almas sacerdotales y religiosas. Amén.


CORONILLA A LOS SAGRADOS  CORAZONES UNIDOS Y TRASPASADOS En vez del Padre Nuestro: Padre Eterno os ofrezco los purísimos afectos de los Sagrados Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María con todo su amor, todos sus sufrimientos y todos sus méritos. En vez de las diez Aves María: V/ Sacratísimos Corazones de Jesús y de María.

R/ Consumidme en el fuego ardiente de vuestro Amor Santo y Divino.
En vez de Gloria: V/ Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María.

R/ Manifestad vuestro Reinado en mi corazón en

una vida de virtud y de santidad.
Al final, repetir tres veces: V/ Divinísimos Corazones de Jesús y de María.

R/ Depositad vuestras gracias en mi Corazón.


CORONILLA DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL La Coronilla se compone de 9 cuentas y en cada cuenta se dice: En las cuentas del P. Nuestro: V/ Ángel del final de los tiempos, Ángel vencedor del anticristo, Ángel del último juicio.

R/ Defiéndeme con tu Espada, cúbreme con tu Escudo, penetra mi alma con la claridad de tu luz.
En las cuentas del Ave María (tres veces): V/ San Miguel Príncipe Poderoso del Ejército de Dios.

R/ Aparta mi espíritu de las cosas terrenas y elévalo a la contemplación de la Sabiduría Celestial.
En vez de Gloria: V/ San Miguel, sostén de los que combaten bajo el estandarte de la Cruz.

R/ Ruega por nosotros.
Al final de la coronilla (tres veces): V/ Valeroso Guerrero del Altísimo.

R/ Úneme al triunfo de los Sagrados Corazones.


CORONILLA A SAN JOSÉ Modelo y patrono de los amantes del Sagrado Corazón de Jesús. Contemplad los 8 misterios:

1. El anuncio del ángel de que lo concebido en María es obra del Espíritu santo.

2. La búsqueda de posada en Belén.

3. El nacimiento del Niño Jesús en Belén.

4. La presentación del Niño Jesús en el templo ofreciendo un par de tórtolas o dos palomas.

5. La huída a Egipto con Jesús y con María.

6. El regreso de la Sagrada Familia a Nazareth.

7. La pérdida y hallazgo del Niño Jesús en el templo.

8. La gloriosa muerte de san José en brazos de Jesús y de María.
Repetir 7 veces entre cada misterio (en honor a los 7 dolores y 7 gozos de San José): V/ San José, custodio y protector de los Corazones Unidos y traspasados de Jesús y de María.

R/ Inflamad mi corazón para que en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reinó en vuestro santo corazón.
En vez de gloria: Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía. Al final del Rosario, repetir 3 veces: V/ San José, modelo y patrono de los amantes del

Sagrado Corazón de Jesús.

R/ Rogad por nosotros.


CORONILLA PARA ACEPTAR  LOS SUFRIMIENTOS DE CADA DÍA Sacratísimo Corazón de Jesús, adoro la sagrada llaga de tu mano derecha, y por el dolor que en ella sentiste, te suplico me concedas paciencia y resignación en los sufrimientos corporales. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Sacratísimo Corazón de Jesús, adoro la sagrada llaga de tu mano izquierda, y por el dolor que en ella sentiste, te suplico me concedas paciencia y resignación en los sufrimientos morales. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Sacratísimo Corazón de Jesús, adoro la sagrada llaga de tu pie derecho, y por el dolor que en ella sentiste, te suplico me concedas paciencia y resignación en los sufrimientos espirituales. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Sacratísimo Corazón de Jesús, adoro la sagrada llaga de tu pie izquierdo, y por el dolor que en ella sentiste, te suplico me concedas paciencia y resignación en las persecuciones, ofensas y traiciones. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.Sacratísimo Corazón de Jesús, adoro la sagrada llaga de tu Costado y por la sangre y agua que derramaste, te suplico me concedas paciencia y resignación en la muerte; y así mismo te pido paz y gozo de morir.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN AL ENTRAR AL TEMPLO:

Al hacer la genuflexión repetid:
Que todo se doblegue ante Vos,  oh grandeza infinita,  que todos los corazones os amen,
que todo espíritu os adore y  que toda voluntad se os someta para siempre.
Y besando el piso: Es para rendir homenaje a Vuestra Grandeza, confesando que Vos sois todo y yo soy nada.

En la Consagración del Cuerpo de Cristo: Os adoro Salvador mío  con espíritu de verdadera humildad,  y os ofrezco a vuestro Divino Padre,  por medio del sacerdote,  para expiación de mis pecados  y los de todo el mundo.

En la Consagración de la Sangre de Cristo: Oh Sangre Preciosa  derramaos sobre mi alma  para santificarla y haced que el amor con que la habéis derramado,  prenda en mi corazón para purificarlo.

Antes de la Comunión: Santo Ángel de mi Guarda, purificad mi corazón para albergar la pureza infinita de un Dios escondido en la Sagrada Hostia.  Madre Bendita, primer Sagrario viviente en la tierra, me uno al momento de la encarnación de vuestro adorable Hijo y junto con vos os digo: He aquí la humilde esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Amén.

Después de Comulgar:
Ofrecimiento de la Comunión al Padre Eterno.


Padre Eterno me ofrezco como hostia viva y alma víctima de amor, a imitación de Jesucristo, por la conversión y la salvación de todas las almas sacerdotales y religiosas, por la conversión y la salvación de todas las almas del mundo entero, por la conversión y la salvación de mi familia y de todos los que amo.  Tomadme en inmolación y holocausto para que todas las almas de la tierra Adoren Vuestro Divino Corazón y veneren el Inmaculado Corazón de María
Amén.


ORACIÓN DE LA NOCHE

Examen de conciencia, antes de irse a dormir:


1. ¿Viví en coherencia con la Palabra de Dios?

2. ¿Fui tolerante, soporté con paciencia las molestias del prójimo?

3. ¿Dediqué tiempo para la oración? ¿Propicié un encuentro a solas con Dios?

4. ¿Participé activamente en la Eucaristía? ¿Presté atención a las lecturas y a la homilía del sacerdote?

5. ¿Supe irradiar la luz de Cristo en mis hermanos?

6. ¿Me faltó caridad para con alguien?

7. ¿Cumplí con mis deberes, mis promesas o votos? ¿Dejé de hacer alguna cosa por pereza?

8. ¿Fui honesto en mis acciones, me faltó sinceridad y veracidad en alguna de las conversaciones?

9. ¿Murmuré interiormente o de palabra?

10. ¿Me esforcé en superar mis defectos?

11. ¿Acepté y abracé las cruces de este día como parte de la Divina Voluntad?
Oración: (Manera de purificar cada día nuestras acciones  y así disminuir nuestro purgatorio) Oh Jesús, Vos conocíais mi miseria antes de fijar en mí vuestros ojos, y ella lejos de hacéroslo apartar, ha hecho que me amaseis con tanta ternura y delicadeza. Os pido perdón de lo mal que he correspondido hoy a vuestro amor y os suplico me perdonéis y purifiquéis mis acciones con vuestra Sangre Divina.

Me pesa de haberos ofendido por que sois infinitamente Santo. Me arrepiento con toda mi alma y prometo hacer cuanto me sea posible para no caer más en las mismas faltas. Amén


ROSARIO MEDITATO in http://web.archive.org/web/20110418205457/http://www.ejercitovictoriosodeloscorazonestriunfantes.com/libros/AposentosdeOracion.pdf

LAS TENTACIONES

LAS TENTACIONES





Orad mucho para que no cedáis a la tentación



Junio 27/08 (6:11 a.m.)


María Santísima dice:


Hijitos míos, orad, orad mucho para que no cedáis a la


tentación; tentación que satanás os pone para alejaros del


camino que os lleva a Jesús y por ende al cielo.


Tentación que os satura de pensamientos para que os


asfixiéis y así os veáis obligados a soltaros a sus caprichos y


a sus ruindades.


Tentación que os muestra un mundo camuflado de engaños


porque en su corazón sólo hay mentira.


Tentación que absorbe vuestros sentidos, tocando vuestra


parte más débil, porque conoce vuestra flaqueza y os


atormenta hasta que lleguéis al punto de decir: no puedo más,


es una atracción que supera mis fuerzas.


Tentación que os roba la paz, porque está tan dentro de


vuestro corazón que parece un agujón aferrado a vuestra


carne.


Tentación que os hace divagar en mares de dudas, dudas que


crean caos psicológico en vosotros mismos.


Escuchadme y prestad mucha atención a mis enseñanzas que


os quiero instruir para cuando lleguen estos momentos


fuertes de tentación, sepáis afrontarlas con la mayor entereza


y dignidad de un buen hijo de Dios.


Mi Hijo “Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto para


ser tentado por el diablo. Ayunó cuarenta días y cuarenta


noches y después sintió hambre. Acercósole el tentador y le


dijo: “Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan


en panes” Mas él respondió y dijo: “Escrito está:

No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale




de la boca de Dios.”


El diablo lo lleva entonces consigo a la ciudad santa, lo pone




sobre el pináculo del templo y le dice: “Si eres hijo de Dios,


échate abajo, porque escrito está:

Él dará ordenes a sus ángeles a favor tuyo, y te tomarán en




sus manos para que tu pie no tropiece en una piedra.”

Jesús le decía: “También está escrito: No tentarás al Señor,

tu Dios.”


De nuevo lo lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le




muestra todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le


dice: “Te daré todas estas cosas si, postrado en tierra, me


adoras.” Jesús le dice entonces: “Retírate, satanás, porque


escrito está:


Adorarás al Señor tu Dios y a él sólo servirás.”


El diablo le deja; entonces se acercaron los ángeles y le



servían.” (Mateo 4,1-11).


Ved, hijitos míos, cómo Jesús siendo el Hijo de Dios,




también fue tentado. Satanás quiere ser tropiezo al plan


divino que el Padre Celestial tiene sobe todas las criaturas.


Satanás es demasiado osado porque: a los fuertes los quiere


débiles, a los menesterosos los quiere aletargados, a los puros


de corazón los quiere manchados porque sabe


que nada impuro entrará en el Reino de los Cielos, a los


virtuosos les quiere sembrar vicios, a los piadosos los quiere


menos orantes porque conoce que la oración tiene un poder


infinito en el cielo, a los amantes de María los persigue


pérfidamente porque ella es puerta del cielo.


Satanás os pone trabas, obstáculos, toma vuestra imaginación


para que divaguéis en un océano de sin sentidos, en un


círculo vicioso que no os lleva a nada bueno, crea dentro de


vosotros mismos terrible confusión; confusión que jamás


puede provenir de Dios, porque Dios con su tenue presencia


da paz, serenidad al corazón y sosiego al espíritu.


Satanás se reviste de ángel de luz para engañaros, para


seduciros; es tan sutil que en algo aparentemente bueno


puede estar merodeándoos para sacaros del sendero que os


lleva a una morada en la eternidad.


Satanás puede incluso dominar vuestra voluntad, si le abrís


puertas a la tentación, si cedéis a sus falsas pretensiones,


pretensiones que os muestra como regalos bien suntuosos,


como manjares bien exquisitos, pero una vez probados


saborearéis su hiel amarga, hiel amarga que os hará daño


produciendo estragos demoledores en vuestra vida espiritual.


Satanás os muestra un mundo lleno de mentiras, mentiras con


apariencia de verdades, porque todo el él es ambiguo,


confuso; en él no hay claridad porque como príncipe de las


tinieblas está revestido de oscuridad.


Mis pequeños, reflexionad en mis enseñanzas y en las


palabras de las Sagradas Escrituras e interiorizad en las tres


tentaciones en el desierto y habituadlas a vuestra vida


guardándolas en vuestro corazón como perlas de gran valor.

Primera tentación:



“Acercósole el tentador y le dijo: “Si eres hijo de Dios, di


que estas piedras se conviertan en panes” Mas él respondió y


dijo: “Escrito está:

No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale




de la boca de Dios.” (Mateo 4,3-4).


Bajad vuestra mirada al corazón y pensad en la porfía del




enemigo, enemigo que estaba muy cuestionado y abismado


en sí mismo, porque lo seguía de cerca y le impactaba


demasiado la resistencia de este hombre, el coraje como


afrontaba las inclemencias del clima en el desierto, la fuerza


para soportar un ayuno tan prolongado, la paz que irradiaba


de su corazón a pesar de no haber bebido ni comido nada


durante tantos días.


Pero decide irrumpir el diálogo del Hijo con su Padre.


Decide irrumpir en su oración prolongada y lo tienta.


Qué mezquindad, hijitos míos, el siervo enfrentarse al amo,


el príncipe del averno querer seducir al Rey de los cielos y de


la tierra, el embaucador pretender engañar al que es la verdad


plena.


Jesús, siendo el Hijo de Dios, vence todo obstáculo, no cede


a las peticiones de su contendor para enseñarnos que los


maquiavélicos planes de satanás son estropear todo proyecto


de amor que Dios Padre tenga trazado sobre sus criaturas,


porque conoce del gran mérito que es hacer en todo la Divina


Voluntad.


El profeta de Nazaret, por su condición de ser profeta, sabe


sortear la situación, tiene habilidad para afrontar los


embrollos de su opositor, habla con autoridad porque posee


toda la Sabiduría del Cielo para dejar, aún, más confundido


al demonio, por eso le responde con inteligencia al afirmar de


que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que


sale de la boca de Dios, ya que Él es el pan vivo bajado del


cielo, y el que coma de ese pan no morirá para siempre


“porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al


mundo” (Juan 6,33), porque el que venga a Él jamás tendrá


hambre y el que crea en Él no tendrá nunca sed.




Amado Jesús que haces presencia en la sutileza del pan


consagrado, alimenta mi corazón del manjar del cielo así


como “alimentaste a tu pueblo con manjar de ángeles, y le


suministraste del cielo un pan aparejado sin fatiga suya, que


contenía en sí todo deleite, y la suavidad de todos los


sabores. Y así este tu sustento demostraba cuán dulce eres


para con tus hijos; y acomodándose al gusto de cada uno, se


trasmutaba en lo que cada cual quería.” (Sabiduría 16,20-21).


Transforma mi corazón en una digna morada tuya, prende




fuego dentro de él y destruye todo lo que no sea de tu agrado


y hazlo semejante al tuyo.


Haz que tu palabra haga eco dentro de mí, que tome posesión


de todo mi ser, de tal modo que piense sólo en Ti, viva para


Ti y que todo lo que haga se mueva en función Tuya.


Tú, mi Dios y Señor que te sometiste a toda clase de


privaciones, aún, siendo el proveedor y dueño de todo cuanto


existe, prívame de todo apego terreno y nútreme con tu


Palabra, Palabra que encarne dentro de mí hasta ser


Evangelio vivo e instrumento de tu Gracia y de tu Amor.

Segunda tentación:



“El diablo lo lleva entonces consigo a la ciudad santa, lo


pone sobre el pináculo del templo y le dice: “Si eres hijo de


Dios, échate abajo, porque escrito está:

Él dará ordenes a sus ángeles a favor tuyo, y te tomarán en




sus manos para que tu pie no tropiece en una piedra.”

Jesús le decía: “También está escrito: No tentarás al

Señor, tu Dios.” (Mateo 4,5-7).


Mis niños amados, no deis ocasión al diablo porque él os




quiere destruir, así como él se destruyó así mismo con su


arrogancia y con su rebeldía; os quiere arrebatar el cielo que


Jesús os tiene prometido, porque él ya lo perdió con su


desobediencia, no tiene esperanza alguna en volverlo a


recuperar porque el pretender ser como Dios hizo que fuese


arrojado al lago eterno y de allí no saldrá jamás.


Él os hace divagar en vuestro pensamiento y naufragar en las


aguas de vuestra imaginación. Estad alerta, no os dejéis


engañar porque la sutileza de sus mentiras, aún, ni se sienten,


pero está ahí queriéndoos desacomodar, perturbándoos


interiormente, para que no aguantéis más y caigáis al


precipicio que él os tiene reservado si consentís a vuestros


bajos instintos.


Pequeñitos míos, no os perdáis de ruta, la ruta es Cristo


Jesús.


No endurezcáis vuestro corazón a Dios, al contrario, hacedlo


bien sensible a su voz, voz que os alerta de la astucia del


enemigo. Voz que os llama a que caminéis con vuestros pies


bien fijos en la tierra.


Voz que os interpela a que no confiéis en vosotros mismos, a


que dudéis de vuestra propia fuerza, porque sois débiles, ya


que el espíritu está presto pero la carne es flaca.


El diablo siempre estará tentándoos, aún, en el crucial


momento de vuestra muerte, por eso “sed sobrios, y estad en


vela, porque vuestro enemigo el diablo anda girando como


león rugiente alrededor de vosotros, en busca de presa que


devorar.” (1 Pedro 5,8).


Cerrad vuestros oídos a su voz, no os dejéis confundir, andad




en la claridad como caminan los hijos de Dios en la luz,


porque no tienen nada que esconder, porque todos sus actos


cuentan con la aprobación del cielo, porque todo lo que


hacen va en consonancia con el Evangelio, porque se dejan


guiar por el Espíritu Santo presente en las Sagradas


Escrituras, porque no se dejan engañar, aún, de alguien con


apariencia de bueno “pero aun cuando nosotros mismos o un


ángel del cielo os predique un evangelio diferente del que


nosotros os hemos anunciado, sea anatema.” (Gálatas 1,8).


Hijitos míos obedeced la ley, obedeced a todo lo que Dios os




diga en el Libro Santo: “tu boca hable de continuo del libro


de esta ley, y medita de día y de noche lo que en él contiene,


a fin de guardar y cumplir todas las cosas en él escritas; con


lo cual irás por el recto camino y procederás sabiamente.”


(Josué 1,8). Porque, “¡ay de los que pierden el sufrimiento, y


abandonan los caminos rectos, y se van por sendas torcías!”



(Eclesiástico 2,16).


No tentarás al Señor tu Dios, reconocedle como al Creador




de todo cuanto existe; rendidle todo el homenaje y adoración


que como vuestro Dios se merece, glorificadlo con vuestro


respeto y con vuestra reverencia.


No profanéis lo verdaderamente sagrado, no os dejéis


contagiar de la epidemia en que muchos hombres y mujeres


no se extasían frente a lo Divino y Santo.


Criaturas que hieren mi Inmaculado Corazón y el Sagrado


Corazón de Jesús con su apatía y con su cierta aversión a


todo lo que es realmente Santo.


No tentarás al Señor tu Dios, buscando una muerte


prematura, muerte que os da el pecado porque os ciega y os


ensordece a la dulce voz del Maestro que os llama a caminar


por sus sendas; sendas adornadas con muchísimas rosas pero


también con espinas; espinas que se os clavan en vuestro


corazón para haceros madurar, para haceros crecer y


alimentaros con alimento sólido. Alimento que os hace bien


fuertes de tal modo que ganéis vuestra carrera y así lleguéis a


la meta, meta en la que se os tiene previsto un premio;


premio que jamás podrá compararse con todo el oro del


mundo porque es tan valioso que no existe cifra numérica en


la tierra que lo pueda contener.

Tercera tentación:



“De nuevo lo lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le


muestra todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le


dice: “Te daré todas estas cosas si, postrado en tierra, me


adoras.” Jesús le dice entonces: “Retírate, satanás, porque


escrito está:


Adorarás al Señor tu Dios y a él sólo servirás.” (Mateo 4,8-10).



Hijitos míos: la mezquindad del diablo ha llegado al extremo.




Cómo es posible que, al Dueño y Creador de todo cuanto


existe, lo quiera tentar con la larva de la codicia, el pobre


de Nazaret que anda en plena libertad, sin encartes, sin


estorbos porque camina siempre ligero de equipaje, ya que


todo lo material pasa a un segundo plano; se vea en esta


situación engorrosa y asquerosa, porque las riquezas en la


tierra no sirven de nada, ya que ellas suelen ser el pasaporte


directo de entrada al infierno.


Por eso “no atesoréis para vosotros en la tierra, donde la


polilla y herrumbre destruyen y donde los ladrones perforan


los muros y roban; atesorad, más bien, para vosotros el cielo,


donde ni la polilla ni herrumbre destruyen y donde los


ladrones no perforan los muros ni roban; porque donde está


tu tesoro, allí estará también tu corazón.” (Mateo 6,19-21).


Ved, niñitos míos, cómo el demonio aprovecha cada




situación. Sabe que el profeta no ha comido, ni bebido nada;


sabe que por fin siente hambre y lo tienta con el pecado de la


gula y la codicia, porque creía que era la oportunidad


perfecta para que este Santo accediera, pero vaya sorpresa la


que se lleva: queda, aún más, atontado de ver la resistencia y


la sabiduría que manan del corazón de este hombre


excéntrico para él; porque no es como todos los demás,


porque conoce de la debilidad de las criaturas, de su


vulnerabilidad, pero hay algo distinto en este hombre del


desierto: siente que hay algo diferente, que una fuerza


especial lo sostiene, que hay un matiz de Divino en él,


porque ya hubiese sido el tiempo que cayera en sus negras


artimañas. Pero no es así y esto lo inquieta, lo llena de rabia


porque quiere opacar la luz que hay en él; desea


empequeñecer su gran sabiduría, porque comprende que está


enfrentado a un hombre que no es como los demás y esto lo


encoleriza, porque lo ve revestido de espíritu de humildad; y


la humildad para él no encajó, ya que fue la soberbia la que


lo expulsó del cielo.


En el corazón de satanás hay odio porque al escuchar de


Jesús: “Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto” le


recuerda su pecado de soberbia, la causa de su expulsión, el


eco de su propia voz: “non serviam”, le retumba en sus oídos


como canto desarmonioso que lo impacienta, que lo enfada


aún más, ya que Luzbel, ángel de luz, de sabiduría y de


belleza es arrojado en las profundidades del averno.

Astucia de satanás para tentar



Junio 28/08 (2:15 p.m.)


Jesús dice:


Hijo: cuando me aparté del Jordán fui conducido por el


espíritu al desierto. Contemplad este espectáculo que puso en


admiración a los mismos Ángeles.


Desterrado del trato con los hombres y habitando entre las


bestias, fieras del desierto, pasaba allí los días y las noches


en ayunos y austeridades, y expuesto a las inclemencias del


tiempo. Mi Corazón se entregaba al divino trato con el Padre


Celestial y a profundísima contemplación y oración continua.


Entre tanto el mundo me daba al olvido y quizá me injuriaba,


y satanás me acometía por extraños modos y hasta llegó a


cogerme y transportarme a otro lugar entre diversas y


terribles tentaciones. Y para arrostrarlas ¿qué me movió sino


el amor de mi Corazón por consolaros y amaestraros con mi


ejemplo?


Nada de ello consiguió agitar ni turbar mi Corazón, sino que


sosegado siempre y tranquilo, y alejándome con firmeza del


motivo de las tentaciones, las pasé con toda paz.


Esforzaos con todo empeño y cuidado por adquirir esta santa


paz del corazón.


¡Bienaventurada el alma que en la paz verdadera se conserva!


En ella resido Yo como en mi Reino; en vuestro corazón me


deleito como en mi Trono de gloria.


Gusta mi Corazón de comunicar con un corazón tranquilo,


porque allí se escuchan las inspiraciones, se cuidan y


fructifican.

Si queréis cometer los menos defectos posibles; si, aún, de


los mismos defectos queréis aprovechar; si queréis


ejercitaros con adelanto en las virtudes: conservad la paz


del corazón.


Si queréis resistir provechosamente a las tentaciones del


diablo y frustrar los malvados planes del infierno,


permanezca en paz vuestro espíritu.


Como el enemigo sabe que, mientras el alma se conserve en


paz, vale poco contra ella, se empeña en perturbarla por mil


maneras.


A semejante fin con todo maquina y todo lo remueve, excita


la imaginación, provoca las pasiones, sugiere obras


contrarias a una u otra virtud, unas veces halaga, otras


aterroriza y de vez en cuando insiste con demasiada


obstinación.


Cuando algo de esto os aconteciere, hijo, no os turbéis, no


perdáis el sosiego. Mientras permanezcáis en paz, todo está


seguro; pero si empezáis a turbaros, empezáis también a


peligrar; y aunque con la Divina Gracia no deis


consentimiento voluntario, el enemigo se contenta por


aquella vez con obtener la perturbación que deseaba.


Porque no esperaba él poder derribaros de la primera


acometida, sino poco a poco perturbar: primero vuestro


corazón, cansaros luego, debilitaros después y a la postre


perderos.


Cuidado, pues, con no turbaros ante ninguna tentación, por


grande que sea la insistencia con que os acometa el enemigo.


Hijo mío, ningún evento intranquilice vuestro espíritu. Por


ninguna cosa del mundo se ha de perder la paz de vuestro


corazón. Aún cuando cometiereis alguna falta o pecado, no


os desasoseguéis en lo interior.


¿Qué sacáis con perturbaros después de prevaricar?


¿Remediaríais el mal? Al contrario, caeríais en otro


defecto más peligroso que el primero.


No os intranquilicéis, pues, ni desesperéis si por desdicha


habéis cometido alguna falta; antes, por un acto humilde de


amor de Dios, arrojaos sobre mi Corazón, para que en este


Fuego Divino se consuma vuestra falta y vuestro corazón se


purifique.


Sobre todo, hijos míos, es necesaria la firme e imperturbable


paz del espíritu cuando, para mayor gloria de mi Corazón y


mayor provecho de vuestra alma, permito que os cubra la


desolación interna, con la cual el entendimiento se envuelve


en tinieblas y la voluntad propende al mal, tanto, que a veces


os parecerá que os he abandonado solo en manos del


enemigo.


Si en tal estado os entregáis a la perturbación, frustráis mi


santo propósito al desolaros y correréis gran peligro, no sólo


de privaros del gran tesoro de merecimientos y grado de


santidad que os ofrezco, sino también de caer y perecer.


Pero si con el corazón sosegado vais obedientes a donde mi


Espíritu os condujere y según mi dirección contra vuestro


propio sentir y parecer, pasaréis ilesos por las tentaciones y


saldréis venturosos.


Pero, aún, en lo exterior ocurrirán muchos sucesos que


conmoverán y agitarán vuestro espíritu, si no estuviereis en


la paz bien afianzada.


Encontraréis a menudo que, aún, aquellos mismos hombres


que estaban cercanos a vos por agradecimiento, amistad u


oficio os serán infieles, volviéndose adversarios vuestros.


Entonces si vuestro sosiego está sólo fundado en la condición


y obras de los mortales, veréis como lo perdéis al momento.


Muchos se guían sólo por lo que les dicen sus inclinaciones y


así es de esperar que se sientan mal, culpen vuestras


acciones, condicionen vuestro deseo de vida interior y os


zarandeen de mil maneras.


Si esto os sucediere, no permitáis que el corazón se turbe,


quedaos tranquilos y dejadlo todo pasar como dejáis pasar las


nubes sobre vuestra cabeza.


Y en efecto, hijo mío, ¿de qué aprovecharía aquí el


desasosiego? ¿No sería añadir pesadumbre a pesadumbre y


recibir amargura por fruto de vuestro trabajo?


Acostumbraos a sufrir con paciencia las contrariedades, a


escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre


los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del


mundo.

Matiz de los apóstoles de los últimos tiempos



Julio 5/08 (10:12 p.m.)


Jesús dice:


Os llamo, os llamo a orar incesantemente; incesantemente


por este tiempo, tiempo de tribulación, tiempo de penuria,


tiempo de crisis, crisis sobre nuestra Iglesia.


Mirad que sólo la oración, el sacrificio, la entrega total e


incondicional a Dios puede volcar, puede transformar el


decaimiento de mi Iglesia en ruinas.


Levantadla con vuestra oración, levantadla con vuestra


entrega, levantadla con vuestra mortificación.


Mirad que el mundo yace en las tinieblas de la oscuridad;


tinieblas de la oscuridad porque el demonio ha metido, ha


introducido su dosis personal: hay tanto racionalismo, hay


tanta apatía, tanta indiferencia para con lo religioso.


Os llamo, os llamo a que reparéis; reparéis por todo el


pecado de la humanidad.


Os llamo a que reparéis por tantas ofensas que reciben mi


Sagrado Corazón y el Corazón Inmaculado de mi Madre.


Os llamo de verdad a una conversión plena.


Os llamo de verdad a una conversión perfecta.


No escatiméis en vuestra donación a Dios.


No desdeñéis todo lo que el cielo os ha regalado.


Del cielo manan lluvia de bendiciones, recogedlas. Del cielo


manan lluvia de rosas, recogedlas. Y guardadlas en la


profundidad de vuestro corazón como grandes tesoros.


Cuidad de estos tesoros caídos del cielo porque el enemigo es


bien audaz. El enemigo es bien astuto y os lo podría robar; se


podría apoderar de todas estas reservas que Yo os he estado


regalando y que os he estado dando a toda la humanidad.


Pero la humanidad está sorda a mi voz; la humanidad ha


estado enceguecida a mi presencia.


La humanidad está muda frente a cada acontecimiento, frente


a cada manifestación sobrenatural que ejerzo en toda la


tierra.


Cómo sois vosotros, pequeños míos, de privilegiados.


Privilegiados porque habéis sido llamados a formar parte de


los apóstoles de los últimos tiempos.


Apóstoles de los últimos tiempos que son enseñados, que son


guiados directamente por María, Maestra de los apóstoles de


los últimos tiempos.


Los apóstoles de los últimos tiempos tienen un matiz


diferente a todas las criaturas del mundo entero.


Ese matiz debe ser la santidad.


Ese matiz debe ser la oración constante.


Ese matiz debe ser el cumplimiento, en toda su totalidad, de


la Palabra de Dios. No mutilándola, no acortándola, no


tergiversándola.


Los apóstoles de los últimos tiempos tienen un matiz bien


especial y es: el amor hacia mi Madre, el amor hacia la


Virgen María.


Por eso os llamo, a vosotros, apóstoles de los últimos


tiempos a empuñar en vuestras manos el arma mortífera para


Satanás; a empuñar en vuestras manos la cadena prodigiosa


de amor que lo atará, que lo aniquilará, que lo inutilizará: el

Santo Rosario.


Rezadlo con vuestra mente, rezadlo con vuestro corazón,




rezadlo con vuestro espíritu.


Os llamo, os llamo, os llamo a que bebáis de aguas


transparentes, de aguas purísimas, de aguas claras.


Esas aguas claras, esas aguas purísimas, esas aguas


transparentes sólo la halláis en las Sagradas Escrituras.


Meditad cada texto Bíblico, hacedlo vida en vuestra vida.


Amad sin reservas, perdonad de todo corazón las ofensas que


os haga vuestro prójimo.


Pero os anuncio persecuciones, os anuncio sufrimiento, os


anuncio momentos de cruz.


Pero abrazando la cruz escalaréis altas cúspides de la


santidad.


Abrazando la cruz morís totalmente a vuestro hombre


terrenal y permitís que me cristifique en cada uno de


vosotros.


Abrazando la cruz os hacéis Cristóforos, os hacéis portadores


de la luz de Cristo.


Abrazando la cruz os asemejáis a Mí.


Los apóstoles de los últimos tiempos tienen un sello especial.


Ese sello es el sufrimiento, sufrimiento redentor, sufrimiento


donativo, sufrimiento oblativo; sufrimiento que entregado y


ofrecido se convierte en un sufrimiento que os abre las


puertas para el cielo.


No tengáis miedo a los momentos de prueba que se os


sobrevendrá a cada uno de vosotros.


No tengáis miedo porque Yo os fortalezco, porque Yo os


asisto, porque Yo estoy en medio de vosotros para alentaros


en vuestros momentos de debilidad. Estoy en medio de


vosotros para ser vuestra alegría en vuestros momentos de


tristeza; estoy en medio de vosotros para ser vuestra luz en


vuestros momentos de oscuridad.


Estoy en medio de vosotros para regalaros mi paz en vuestros


momentos de turbulencia.


Orad, orad fuertemente, mis pequeños, porque os tengo


reservada una misión bien especial, una misión en la cual


muchas almas serán arrebatadas de las garras del demonio.


Pero os llamo a que oréis fuertemente porque él no


escatimará en atacaros e intentará haceros daño.


Por eso os llamo, mis pequeños, a orar fuertemente.


No tengáis miedo que Yo lo inutilizaré, Yo lo debilitaré; pero


él intentará haceros daño; él intenta poneros trampas; él


intenta poneros tropiezos para que desistáis en el camino al


cual os he llamado; él intenta confundiros; él intenta a toda


costa sacaros de este camino de perfección al cual fuisteis


llamados.


Os llamo, mis pequeños, a orar, a orar porque el apostolado


es fuerte; este apostolado será asistido por el Espíritu Santo.


Apenas estáis empezando a ver los prodigios que estoy


obrando en medio de vosotros.


Mirad, mis pequeños, que grandes sanaciones, grandes


liberaciones están por acontecer; es que quiero regalaros


dones; quiero regalaros carismas extraordinarios porque para


misiones grandes, grandes auxilios extraordinarios y auxilios


sobrenaturales.


Os llamo, mis pequeños, a la penitencia.


Os llamo, mis pequeños, a la austeridad.


Os llamo, mis pequeños, a la oración, oración de corazón.


Os llamo, mis pequeños, a las visitas a Jesús Sacramentado,


estoy allí sólo esperándoos.


Mirad, pequeños míos, que allí os hago partícipes de


pedacitos de cielo acá en la tierra.


Os llamo, os llamo a la oración contemplativa y a la


adoración del Sacramento del Altar.


Que se os note que sois almas eucarísticas.


Que se os note que sois almas orantes.


Que se os note que sois almas con un sello espiritual que os


he dado a cada uno de vosotros.


Orad, orad, orad porque así como os anuncié una grande


tragedia, que ya aconteció, os anuncio una de mayores


magnitudes y mayores proporciones.


Os llamo para que oréis incesantemente, pequeños míos,


porque muchas almas perecerán, almas no convertidas.


Os llamo, mis pequeños, os llamo para que la ira de mi Padre


Celestial disminuya. Este castigo, este desastre acaecerá


sobre un país, un país que vive como Sodoma y como


Gomorra.


Os llamo, mis pequeños, a que oréis; orad fuertemente por


esto que hoy os anuncio, por esto que hoy os revelo.


Mirad pequeños míos, que os estoy enviando hijos


predilectos de mi nueva grey, hijos predilectos de mi Iglesia


Remanente, más hijos amados se incorporarán a mi obra, mis


pequeños.


Orad, orad por mi hijo predilecto, él es un elegido para la


Iglesia Remanente; él es un elegido, un hijo predilecto de


María y un hijo amado de mi Sacratísimo Corazón.


Orad por él, orad.


Mirad que hay un número grande de almas que se


convertirán con la lectura de este libro, si se demora en salir


este libro, para mi fecha señalada, varias almas se


condenarán… Si sale para la fecha señalada un


acontecimiento especial sucederá en varias almas cuando


reciban este libro en sus manos. Muchas almas sacerdotales


serán transformadas; muchas almas sacerdotales volcarán sus



pensamientos hacia Dios. Porque la advocación de: María,

Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos retumbará


en muchos oídos, sonará en muchos corazones de muchos




consagrados, de muchos obispos…Los 12 libros que tengo


previstos para esta obra los necesito editados en el menor


tiempo posible porque a partir de la edición del último libro


sucederán cosas, sucederán acontecimientos apocalípticos


bien marcados. El tiempo del anticristo ya está muy próximo,


mi pequeños.


Os llamo a que oréis.


Os llamo a que os donéis totalmente a Dios sin reserva.


Ya sois almas elegidas de mi grey celestial.


Ya sois almas elegidas de mi Iglesia Remanente.

Os amo y os bendigo: . . ..