venerdì 4 aprile 2014

REPARACIONES PARA LOS 5 PRIMERS SABADOS


 MARIA ARCA DE LA SALVACION - Capítulo V


Excesos de Amor del Inmaculado Corazón  (Para los cinco primeros sábados de mes)

Primer Exceso de Amor: Reparar por todas las almas que blasfeman contra vuestra Inmaculada Concepción
Febrero11/09 (10:00 a. m.)

María Santísima dice:
Hijo mío: Mi Corazón sufre porque muchas almas blasfeman contra mi Inmaculada Concepción; blasfemias que embriagan todo mi ser de tristeza, blasfemias que son espadas de dolor que hieren mi alma, blasfemias que hacen que llore desconsoladamente porque de cada palabra injuriosa tendrán que dar cuenta en el día del juicio. Los hombres no alcanzan a penetrar en los Misterios Divinos, misterios que consigo traen muchísimas bendiciones para las almas de corazón puro y sencillo como el corazón de los niños, misterios que son revelados sólo a los humildes, misterios que analizados bajo la razón  humana son huecos, vacíos, carecen de fundamentos, misterios que son develados en el cielo. Hijo mío, os llamo a abrir vuestros oídos a mi voz. Os llamo a guardar mis palabras en vuestro corazón. Os llamo a que os dejéis bañar por las luces del Espíritu Santo para que no protestéis ante el gran misterio de mi Inmaculada Concepción. Mi madre, Ana, sufrió desplantes, agravios y burlas por su infertilidad; mi padre padeció el desprecio de uno de los sacerdotes cuando llegó al templo a presentar una ofrenda. Mis padres, siendo tan buenos sufrieron al verse señalados, al sentirse criticados, relegados. Joaquín, mi Padre, se dirigió al lugar más alejado de sus rebaños, cerca de la montaña del Hermón, montaña hermosa, adornada de verdes pastizales, sembrada de esplendidos árboles frutales. Allí permaneció triste y apesadumbrado por algún tiempo. La angustia de Ana, mi madre, fue extrema al ver que no regresaba. Mi madre sumida en la aflicción, rogaba a Dios que al menos su buen esposo volviera, así quedara estéril, pero se le apareció un Ángel diciéndole que el Señor había oído su oración, oración que subió como incienso a la Casa de Padre, oración que le cambiaría la vida porque en Jerusalén a la entrada del Templo, bajo la puerta dorada, del lado del valle de Josafat encontraría a Joaquín, oración que allí sería escuchada, ofrenda que ahora sí sería bien recibida, porque en su vientre empezaba a florecer una azucena pura de hermosura sin igual. Mi madre agradeció a Dios por sus beneficios, regresó a su casa con su corazón rebosante de alegría. Después de mucho orar se quedó dormida pero un rostro luminoso, junto a ella, le hizo despertar; ser celestial que escribía con letras de oro y letras rojas brillantes que su fruto sería único, que la fuente de esa concepción era la bendición recibida de Abraham. Su vientre contenía el vaso más  purísimo, su vientre se abría para recibir un fruto santísimo, fruto que de capullo pasaría a ser la rosa más preciosa de cualquier jardín, rosa que perfumaría el mundo entero con la exquisitez de su aroma.  Como se acercaba mi alumbramiento, mi madre se arrodilló y recitó un cántico, y oró profunda y largamente. De pronto un resplandor celestial llenó la habitación, moviéndose alrededor de Ana, mi madre. La luz tomó la forma de la zarza que ardía junto a Moisés sobre el monte Horeb. La llama penetraba el interior de mi madre. Al instante ella me recibía en sus brazos, me envolvió en su manto y me apretó contra su pecho. Y las mujeres que la acompañaban entonaron juntas un canto de acción de gracias. Mi madre me levantó en el aire para ofrecerme a Dios y la habitación se inundó de luces multicolores y se escuchaba a los Ángeles que cantaban. Más tarde entró Joaquín, mi padre, y arrodillándose lloró de alegría porque sabía que la recién nacida era un portento de Dios para la humanidad. Me tomó en sus brazos y entonó un cántico de alabanza, cántico que resonaba armoniosamente, cántico de júbilo porque su corazón estaba rebosado de la presencia de Dios, cántico acompañado de las flautas y de las cítaras de los Santos Ángeles, Ángeles que sabían que la niña acabada de nacer era un prodigio de la mano de Dios porque cambiaría el transcurso de la historia. De ella se hablaría por generaciones sin fin. Hijos míos, os narro parte de mi vida para que comprendáis la elección que hizo Dios en Mí desde mucho antes de nacer. Abrid vuestros ojos y reconoced el gran misterio de mi Inmaculada Concepción.
 Reparad porque muchas almas se resisten a creer, muchas almas con su incredulidad hieren mi Inmaculado Corazón.
Febrero12/09 (11:55 a. m.)
Alma reparadora del Inmaculado Corazón:
Corazón doloroso e Inmaculado de María, heme aquí en este primer sábado de mes para reparar por todas las almas que  lasfeman contra vuestra Inmaculada Concepción. Almas que no aceptan este Misterio Divino porque su corazón es prepotente, arrogante y mezquino. Almas que hablan por hablar, guiadas por meras  suposiciones, conjeturas e hipótesis. Almas que no os ven como a una mujer sublime, mujer elegida por Dios desde antes de la creación. Almas que aceptan teorías falaces, argumentos que chocan con la verdadera doctrina de nuestra Iglesia, doctrina iluminada por el Espíritu Santo, doctrina que compagina perfectamente con las Sagradas Escrituras. Corazón doloroso e Inmaculado de María, heme aquí en este primer sábado de mes con mi corazón bien abierto para recibir a vuestro Amadísimo Hijo bajo las especies Consagradas del Pan y del Vino, porque quiero mitigar un poco vuestro dolor con mi reparación, quiero aplicar suave bálsamo para que la herida que os produce esta negativa a vuestra Inmaculada concepción sane. Corazón doloroso e Inmaculado de María, heme aquí en este primer sábado de mes con mi corazón sumido en la tristeza porque ¿cómo puede ser que existan hombres que duden de la gran obra que Dios hizo en vuestra Santa Madre? Madre que fue adornada con una azucena  purísima del cielo. Madre que fue escuchada por Dios ante sus insistentes ruegos. Madre que de su vientre marchito pasó a ser el jardín más hermoso, jardín con la flor más exquisita del Padre Eterno. Madre que sufrió por su problema de esterilidad. Madre que fue premiada porque siempre confió en la bondad del Señor. Madre que supo compartir su alegría con muchísima gente, gente que desde la sencillez de su corazón aceptaban que todo esto fue un milagro, un prodigio de un Dios vivo, un plan de amor que derribaría fronteras, un designio Divino que perduraría por toda una eternidad. Corazón doloroso e Inmaculado de María, heme aquí en  este primer sábado de mes para asistir al Milagro de los milagros y ofrecer la Santa Eucaristía en reparación por los ultrajes que recibís de las almas que atacan el misterio de vuestra Inmaculada Concepción. Misterio que es aceptado por los humildes. Misterio que es osadía para los soberbios y arrogantes, porque su altivez intelectual les hace divagar en ideas fugaces. Corazón doloroso e Inmaculado de María, heme aquí en este primer sábado de mes con el Santo Rosario en mis manos, rosario que oraré desde mi corazón, rosario que meditaré en sus Santos Misterios. Rosario que será plegaria, que subirá al cielo. Rosario que será como miel de rosas que alivianará el dolor de vuestro Inmaculado  Corazón, Corazón lleno de gracia. Corazón abismo y prodigio de humildad que sabe considerarse como la más pequeña. Corazón traspasado de una espada que os hiere, os maltrata. Corazón coronado de espinas por nuestros pecados. Pecados, puerta ancha que lleva a las almas al infierno; pecados que os hacen llorar porque muchos de vuestros hijos se os pierden; pecados que os hacen clamar misericordia al cielo; pecados que son el mal que aquejan a la presente generación. Corazón doloroso e Inmaculado de María, heme aquí en este primer sábado de mes para pediros a vos, esperanza de los pecadores, que miréis con benignidad el corazón de los que os persiguen y presentádselos a Jesús. Su Corazón misericordioso les podrá dar una nueva oportunidad para que rectifiquen sus caminos y enmienden sus errores. Corazón doloroso e Inmaculado de María, heme aquí en este primer sábado de mes porque deseo ser soldado de vuestro Ejército Victorioso, deseo traeros almas que os amen, almas que sepan ser buenos hijos, hijos que os defiendan, hijos que se asemejen en vuestro candor y en vuestra pureza, hijos que necesitan del cuidado y mimo de una madre porque aún son pequeños, débiles, frágiles. Gracias Mamá por el haberos fijado en mí. Siento el arropo suave de vuestra maternal mirada, mirada que me atrajo en este primer sábado de mes para daros descanso a  vuestro fatigado Corazón, Corazón que sufre por el desplante e ingratitud de muchas almas.


Quinto Exceso de Amor: Reparar por todas las almas que blasfeman y me ultrajan en mis sagradas imágenes

Febrero17/09 (1:40 p. m.)

María Santísima dice:

Hijo querido, abrid vuestros oídos a mi voz, voz que os llama ansiosamente, porque os necesito como alma reparadora en este primer sábado de mes; porque muchos hombres me ultrajan directamente en mis sagradas imágenes, imágenes que son un simple recuerdo de mi presencia, imágenes que despiertan en las almas deseo de conversión, imágenes que suscitan al corazón ansia de poseer el cielo; imágenes que son una leve sombra de lo que verdaderamente soy; imágenes que llaman a la oración, a la contemplación; imágenes que son una pequeña muestra de lo que se vive en el Paraíso y en la Patria Celestial; imágenes que por sí mismas hablan, susurran; imágenes que son deleite para el artista que las pinta, para el maestro que las talla. Hijo mío: la imagen no se adora, lo que se reverencia es lo que ella representa, la emoción, el recuerdo que suscita al corazón, corazón que es llamado a la santidad, corazón que es cuestionado, corazón que evoca al pasado, pasado que debe ser enmendado, corregido, cambiado. Reparad en este primer sábado de mes por todos aquellos hombres que hablan a la deriva, hombres que emiten juicios sarcásticos, comentarios de doble intención; hombres a los que el arte religioso nada les inspira, nada sienten; hombres cegados por un falso racionalismo, por una forma equívoca de discernimiento; hombres de corazón de pedernal que se asemejan más a una obra de yeso o de mármol que a un ser humano; hombres de poca fe que en nada creen; hombres insensibles al sentimiento que ellas expresan, al mensaje que ellas comunican. Reparad en este primer sábado de mes por todos aquellos hombres que me ridiculizan, que me hacen mofa, despreciando mis sagradas imágenes, imágenes en las que algunas veces lloro, otras las impregno de óleo bendito, óleo con el que sano el cuerpo y el alma de muchos enfermos, otras las embellezco con escarcha del cielo, en otras muestro mi rostro sonriente o triste y aún así no creen en, éstas, mis manifestaciones de amor. Manifestaciones que Dios Padre permite para que la humanidad vuelva sus ojos a Él. Manifestaciones para demostrar que en mis manos está la salvación de todas las creaturas. Manifestaciones que muestran que algo anda mal, que los hombres deben arrepentirse, confesar sus pecados y empezar una nueva vida, vida acomodada a los criterios de Jesús, vida moldeada y transformada por sus venerables manos, vidas regidas por santas leyes, leyes que son el camino al cielo, leyes que son la prueba del gran Amor Divino para todas las generaciones, leyes que son preámbulo para la vida eterna. Reparad en este primer sábado de mes por todos aquellos hombres que profanan mis sagradas imágenes, ultrajando mi Inmaculado Corazón. Corazón que es esperanza de los pecadores porque abogo por  por la conversión de estas almas; clamo misericordia al Señor por ellos que también son mis hijos. Corazón que es camino seguro al cielo porque llevo conmigo las almas dóciles, las almas que saben purificarse en los Ríos de la Gracia. Ríos que regeneran, ríos que lavan, ríos que arrasan con la mancha aún más pegada, ríos que limpian dando hermosura, higiene al espíritu. Corazón medianero de todas las gracias, gracias que muy generosamente doy a los que no se avergüencen de ser mis hijos, a los que públicamente confiesen que yo soy su Madre. Madre que ama con amor infinito. Madre que intercede en cualquier momento y en cualquier lugar. Madre que sufre ante el rechazo de sus hijos. Madre que esculpe su hermosura en las imágenes para ser reconocida, recordada. Madre que siempre estará a la espera, al cambio de corazón para abrazar al hijo pródigo, para disculparlo por su incredulidad, para perdonarle sus extravíos, sus muchas ofensas porque una buena madre corrige, pero también disculpa, excusa. Hijos amados: reparad, pues, ya que mi Corazón sufre porque muchos me ultrajan en mis sagradas imágenes, imágenes que son signos visibles de mi Amor Santo y, aún, así soy maltratada por la porfía de estos pobrecitos hijos míos.

Alma reparadora del Inmaculado Corazón:

María Arca de la Salvación, sois el consuelo y la esperanza para toda la humanidad. Sois la llave de oro que abre las compuertas del cielo; cielo siempre abierto, dispuesto a dar morada y hospedaje eterno a todas las almas que en vida os supieron amar. Almas que profesaron ser vuestros hijos; almas que os ofrendaban diariamente rosas de variados colores, rosas siempre abiertas; rosas cultivadas con esmero; rosas que adornarían, aún, más vuestro frondoso jardín; almas que supieron responder a vuestros continuos llamados; almas que se dejaron seducir ante el galanteo de vuestras palabras; almas que vivieron fielmente cada uno de vuestros mensajes; almas que se dejaron tomar de vuestras purísimas manos para caminar por vuestros mismos senderos, por vuestras mismas rutas; almas que imprimieron en su corazón, vuestro bello rostro, rostro de mirada diáfana, pura. Rostro que habla por sí mismo sin pronunciar palabras. Rostro que invita al cambio, a renovar el corazón. Rostro que transmite paz, dulzura. María, Arca de la Salvación: fuisteis vos quien sedujo mi corazón, fuisteis vos quien me atrajo a las penumbras del silencio para reparar en este primer sábado de mes por todos los hombres que blasfeman y os ultrajan directamente en vuestras sagradas imágenes, imágenes que me hacen recordar que tengo una Madre del cielo en la tierra, imágenes que transverberan mi corazón con vuestro dolor, imágenes que me conllevan a meditar en vuestra misión cooperadora con el Redentor; imágenes que derriten mi corazón de amor y ternura hacia vos porque vuestros ojos me seducen, me enamoran; imágenes que me hacen pensar en las delicias que me esperan en el cielo. María Arca de la Salvación, infinitas gracias os doy por elboficio que habéis delegado a uno de vuestros hijos que suspira de amor por vos; hijo que sufre cuando os ve llorar, hijo que se conduele ante vuestro sufrimiento, hijo que quiere arrastrar con vuestro dolor, hijo que hace de un día sábado un festín, un hermoso día, día dedicado a vos,¡oh hermosa Señora del cielo y de la tierra! Sois sumamente bondadosa, Madre mía, por la promesa que nos dais a conocer, si cumplimos fielmente con este piadoso ejercicio de reparar consecutivamente los cinco primeros sábados de cada mes; concededme perseverancia final en la fe y una entrega incondicional a vuestro amparo porque sin vos, sí que es difícil entrar al cielo. Sin vos soy como barco que naufraga a la deriva. Sin vos soy una débil y frágil balsa sin remos. Deseo aprovechar esta gracia celestial, este don gratuito del cielo, este rayo potente de misericordia del Padre Eterno. Quiero tomar vuestro herido Corazón y curarlo  con mis besos. Corazón en el que hay varios Aposentos, muchos de ellos aún vacíos. Aposentos en los que quiero sumergirme para hallar la paz. Aposentos que atan mi corazón con el vuestro para jamás separarme de vos, Madre encantadora.  Heme aquí Reina del cielo y de la tierra, tomad mi oración como actos sucesivos de reparación, reparación que hago por aquellas almas que os ultrajan en vuestras sagradas imágenes porque sois burlada, sois profanada siendo vos la Rosa más hermosa y fina del cielo, siendo vos la Madre del Hijo de Dios, siendo vos Tabernáculo Purísimo del Altísimo; sois despreciada, calumniada. Heme aquí, Madre mía, vos que engalanáis y adornáis la tierra con vuestra Celestial presencia. Tomad mi oración como himnos continuos de amor. Tomad mi oración como suave refrigerio a vuestro Corazón maltratado. Tomad mi oración como un número infinito de te amos. Tomad mi oración como alma víctima que se ofrece como holocausto a vuestro Amor Santo. Amor que excede a la profundidad del mar. Amor que excede a la infinitud del universo. Amor que excede a todo el amor de todas las madres juntas. Amor que os lleva a derramar lágrimas de sangre en vuestras Santas imágenes para demostrar que estáis viva, para tocar fibras profundas de cada corazón y llamarlo a la conversión porque muy pronto apareceréis vestida de sol, parada sobre la luna, cercada de doce estrellas. Muy pronto se dará el Triunfo de vuestro Inmaculado Corazón y el Reinado del Sagrado Corazón.
 

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